Ruinas.

Mis recuerdos de allanar edificios y casas abandonadas se remontan a mi niñez, la visión de una puerta rota o una ventana sin cristales eran del todo irresistibles, y así poder volar hacia una vida que no era la mía, era fascinante... dentro me inventaba historias diferentes en cada habitación vacía y derruida, el tiempo se detenía y en medio de aquel vacío encontraba todo lo necesario para llenar mis fantasías de niña inquieta.

Esa curiosidad sigue existiendo en la parte del cerebro donde habitan mis inquietudes, y cuando encuentro la ocasión mi cámara y yo disfrutamos de lo que otros no quisieron o por circunstancias ajenas tuvieron que irse.

Las fotografías son del Asilo del conocido Barrio do Cura en Vigo, donde Karpin hizo una elevada inversión que no salió como esperaba. En este momento el edificio de cinco plantas esta habitado por indigentes y toxicómanos, las puertas están abiertas a quien desee entrar… como mi amiga y yo. Pero no pudimos verlo todo, un chico que apareció de alguna de las muchas puertas nos dijo que saliéramos que estábamos cerca de gente no muy recomendable. 

Y salimos sin hacer preguntas.