En medio de un espacio.

Subo las escaleras de la peluquería,…, ya escucho el ruido de los secadores, la gente hablando, los gritos de un niño y la bronca de la madre;… ¡en fin…!, piso el felpudo con forma de estrella y empujo la puerta entreabierta…, ¡se hizo el silencio total!,¡ todo se paralizó, el sonido quedó en el aire…, al mismo tiempo que los objetos y personas…!
Comprobé gratamente que yo seguía el ritmo de la vida, de modo que empecé a explorar lo desconocido…, ¡¡sin duda emocionante!!;… ya dentro, descubrí que no solo veía sino que sentía las inquietudes y deseos de los que allí estaban…!!Sin poder evitarlo…, me acerque al niño y vi una pequeña caries, sentí su dolor y tomé su carita entre mis manos, masajeé su encía con la esperanza de aliviarle hasta que su histérica madre se diera cuenta de llevarle al dentista, …¡¡funcionó!! Su carita, sin moverse cambió de expresión. ¡¡Genial!!
Me giré…¡…Y te vi!,
… Estabas leyendo una revista, muy interesante al parecer, que tus ojos casi se juntaban de lo impresionados que estaban, por curiosidad me acerque…¡¡bueno!! ¡¡Pero bueno!!...si es el suplemento del Interviú, que morbo…! Decidí hurgar en tu mente, que me daba que no me iba a aburrir…, y vi…, algo de timidez, un mucho de “por si acaso no lo hago”, un poco fantasma, un montón de besos sin dar, caricias por entregar y un montón de deseos sin confesar
Después de haber sentido todo ese coctel, se me olvidó por completo el mundo exterior, acababa de decidir ser la receptora de tus deseos, sin saber cómo hacerlo, decidí no andarme por las ramas que al fin y al cabo no sabía cuánto iba a durar este paréntesis, de modo que me acerque a tu cara, levante ligeramente tu cabeza…, no sé si tus ojos captaron lo que le comentaron los míos…¡deseé que si! Roce mis labios en los tuyos…! Que ganas de quedarme! Pero no podía, no había tiempo…, mientras perfilaba tu oreja con mis caricias te susurraba mi nombre y el número de teléfono…, Qué funcione por favor!... ¡O te ato y continúo aun a riesgo de que despiertes!
Antes de irme, te cambié el suplemento por un cuento del niño (del ratoncito Pérez)…por fastidiar un poco.
Salía, y al pisar el felpudo el paréntesis se terminó ¡¡...Me volví…!! Al tiempo que tú te tocabas los labios con tus dedos, tus ojos alucinando por el cuento y tu mano se deslizaba por el bolsillo de tu camisa…
Abría el portal de la calle cuando el teléfono sonó…
¡¡Y me desperté!!
Maldije a quien me llamaba, no me habían dejado terminar de soñar!!!
Mi expresión cambió cuando una voz al otro lado del teléfono me decía fascinada…
--…Disculpa… ¡Te parecerá extraño pero… he sentido que tenía que llamarte…!¡Y ni siquiera sé quién eres….!
--No te preocupes yo me presento….