Princesa.

La pequeña princesa era completamente feliz en su pequeño reino ,donde era querida y mimada, era la atención de todos los que allí vivían; pero era la única niña y deseaba tener a alguien con quien compartir sus juegos…, le pidió a sus padres los reyes un hermanito para jugar, y como era muy buena y querida se lo concedieron.
Una mañana la despertaron y le mostraron a un bebe diminuto y le preguntaron que si estaba contenta, la princesita saltaba de alegría y apenas se lo podía creer…, ya tenía a alguien para jugar...!, claro que tendría que esperar a que creciera y hablara…, lo comprendió pese a tener solo tres años, pero era tan feliz que no le importó.
Una mañana despertó en un castillo enorme con muchas princesas mayores, no había nadie conocido, tan sólo unas maestras muy serias que nunca sonreían.
Recordaba vagamente que la reina madre le había dicho que mientras el bebe creciera ella tendría que ir para otro castillo porque no podría cuidar de los dos al mismo tiempo, pero que pronto crecería, que no se preocupara, y que allí la iban a tratar muy bien.
La princesita no lloro, no sabía…, no le habían enseñado, pero estaba siempre muy triste; las princesas mayores eran muy guapas y buenas pero estaban poco tiempo en el castillo, solo venían a dormir con ella y se iban; pero las maestras eran malas la regañaban por todo.
Había un jardín precioso con muchas flores pero sólo para ella, no había nadie para jugar, allí se pasaba todos los días, era el único sitio donde le permitían estar hasta que de noche volvían las princesas mayores y se la llevaban con ellas a dormir y le contaban cuentos.
Un día vinieron los reyes y le dijeron que el bebe ya había crecido y que ya podía volver con ellos…, que feliz fue…, se iría de aquel castillo horrible y por fin jugaría con su hermanito.
Pero al llegar descubrió que aquel niño ni la miraba, ahora era el único príncipe de aquel reino y no quería competencia, y ella era una desconocida que no tenía que estar allí!
El principito se había convertido en rey y gobernaba su reino a su antojo pese a sus tres años…, y era curioso todos le obedecían y le reían las gracias.
No tardaron los celos de los dos en enfrentarse…, pero el pequeño rey estaba acostumbrado a ganar de modo que sabía hacer para que la princesita llevara siempre las culpas de todo…, Los reyes siempre regañaban a la princesita que ya ni se molestaba en defenderse, para qué…?
Y entonces aprendió a llorar…