Ahogando tu recuerdo..

Noté la brisa salada en mi cara, sin entender el porqué de mi desconsuelo, pues la decisión de irme había sido mía…, claro está! Con tu ayuda, tú habías matado todas mis ilusiones con tus celos enfermizos y tus mentiras sin motivo.
Agarrada con fuerza al timón, no porque fuera necesario sino para no dejarme caer por la borda del que antaño fuera nuestro barco, nuestro refugio del mundo, hoy se había convertido en mi pase a la libertad…, a la soledad deseada después de luchar tantas veces con la incomprensión de alguien que no se merece estas lágrimas que se mezclan con el agua del mar.
Sin apenas darme cuenta la noche me había alcanzado…, entonces fui consciente de que mi cuerpo estaba casi helado tumbada sobre popa, cansada de lamentar aquel encuentro casual,… ¡que yo creía era casual! …ahora que estoy sola en medio de un mar sereno me doy cuenta que si siquiera ese día habías sido sincero…¡¡se necesita ser necio para estropear un día tan mágico…, no sé de qué me estaba asombrando,… ¡ese eras tú!,… ¡técnico en mentiras y mente retorcida!, capaz de exigir lealtad sin ni siquiera conocer el significado de la palabra. Mi cansado cuerpo y yo nos levantamos de ese suelo húmedo y… al abrigo de la brisa fría de la noche entre los dos decidimos que jamás nadie más nos vencería, y unidos a la razón y al sentido común tampoco nadie nos engañaría…
Sólo este pensamiento me hizo sentir mejor…, una ducha caliente y ropa de abrigo ayudo a mi cuerpo a recuperarse, una infusión relajo mi mente y el deseo de respirar mi estrenada libertad hizo el resto.
Subí los escalones mirando el cielo estrellado, se me antojo que las estrellas brillaban esa noche tan bellas para mí, la luna me miraba…,¡ tan cerca!...ya seria imaginación mía pero me parecía que estaba allí para mi…, si! La luna me mandaba su luz
No quería perderme ningún regalo que el firmamento hoy quisiera regalarme…, busque una manta un sitio seco y me tumbe de nuevo en popa…. Me quedaría toda la noche contando las estrellas fugaces y pidiendo deseos en los que tú jamás estarías y respirando este aire con olor a esperanza…
Mientras mis ojos se relajaban con el brillo de la noche…
¡¡Si!... Esta era una noche perfecta porque entre tanta belleza no estabas tú…!!
…Y mi velero y yo tomamos rumbo mar a dentro…, evitando tierra, por temor a que las olas arrastraran tus miserias hasta cualquier playa…
Y un día sin querer pudiera toparme con ellas…