Feliz cumpleaños.

…Su madre se desesperaba. Eso de tener una hija sonámbula se le hacía cuesta arriba, jamás pensó que su tranquila y ordenada vida fuera a cambiar tanto en tan solo unos meses.

Todo había empezado el día en que su hija cumplió sus 15 años tan añorados. Ese mismo día la niña de sus ojos se ausentó toda la noche y después de tanta desesperación a las ocho de la mañana la puerta se abrió… ¡y allí estaba como si nada! Con el pijama rosa y las pinzas en el pelo…, tal cual se había acostado.  Su madre se abrazó a ella y en su alegría no racionó ni los besos ni los afectos y su niña despertó…, del susto de tan brusco despertar tuvo un ataque de ansiedad.

--No recuerdo absolutamente nada (confesaba al médico que la atendía ante la inquietud de su madre), solo me encuentro muy cansada y tengo sueño. El medico fue muy convincente: ¡jamás hay que despertar a un sonámbulo!  Empezó de repente y del mismo modo un día desaparecerá…

Esa madre resignada y preocupada lo entendía, pero se apenaba al no poder abortar las escapadas involuntarias de su hija, ya que casualmente la noche que su niña había tenido el primer episodio de sonambulismo a ella le había entrado un sueño imposible de dominar al tomar su rutinario vaso de leche antes de acostarse…