Estimada presencia.

Ni recordaba  cuando había sentido su presencia por primera vez. A veces se quedaba pensando si el día que llego a su vida la asustó o apenas fue una sensación.

Se sentía bien con “eso” a su lado, se acostumbró y cuando tardaba en aparecer no hacía otra cosa que echarle de menos, de modo que cuando no estaba a su vera lo encerraba en su cabeza…

Se había acostumbrado a su compañía con distinta apariencia, aunque esta peculiaridad estaba casi segura que era preferencia propia…, dependiendo de a quien necesitara en cada momento sus sentidos se lo ofrecían, lo que la superaba y fascinaba eran los olores con recuerdos y palabras que nunca fueron dichas, porque no hubo tiempo…, lo que el destino no permitió la “magia” lo realizaba, era como la segunda oportunidad, ¡lo que anhelaba la mayoría de las personas ella lo tenía! Y que en más de una ocasión esa magia la ayudaba a saber y a entender lo que la razón le negaba.

Y hoy después de tanto tiempo le ha vuelto a ver… ¡hoy la había asustado! No se lo esperaba y “él” estaba allí…, callado, de pie a su lado viendo como realizaba su trabajo, ¡miraba…! o tal vez solo comprobaba que ella ya no necesitaba su ayuda…, y al sentir que sus latidos iban al ritmo de la total placidez se evaporó…

Su tiempo a su lado había concluido; lo vio en esos ojos de mirada serena y lo sintió en su sano corazón.

…Y volvió con los suyos satisfecho de su trabajo con esa mujer a la que había visto crecer, su tiempo de fantasma había tocado a su fin…, tal vez para siempre,… tal vez…