Besos en el alma.

Despertó como cada mañana en aquella extraña habitación…

Pero hoy en su cara se dibujaba una sonrisa, porque había sido feliz de nuevo a su lado…

“Se abrazaron nada mas verse… ¡Había pasado tanto tiempo desde la última vez! Pero ahora el tiempo se había detenido para ellos. ¡Y qué guapo estaba con esa camisa que a ella tanto le gustaba…! pero lo que más le atraía de él siempre habían sido sus ojos claros ¡del color del mar! siempre se lo decía…, él se reía, la miraba con un inmenso amor y después la besaba.

Pasaron la noche juntos…, en su lugar preferido…, en lo alto de la colina, sobre el manto de hierbas y flores silvestres, escuchando la bella melodía del aire meciendo las ramas de los arboles; durmieron abrazados y disfrutando de la estrellada noche…”

Aun conservaba esa dulce sonrisa en sus labios y el brillo en los ojos cuando la puerta de la habitación se abrió y entraron como todas las mañanas esos dos hombres… ¡Pero hoy no! ¡Hoy menos que nunca le apetecía que estuvieran allí, porque hoy no estaba sola, ¡¡estaba con él!!

--Buenos días, ¿Qué tal la noche? Bella dama…

Había saludado el joven moreno…, era amable y bueno con ella, incluso respetuoso, no como el viejo que le acompañaba; ese hombre le desquiciaba, era un arrogante…, la piropeaba todos los días, con tanta frescura que había veces que conseguía ruborizarla, ¡y no salía de su lado!.No le importaba mucho, pero hoy ¡No! …¡¡Hoy estaba acompañada de esos ojos azul mar, que se celarían de ese viejo descarado que la besaba en la frente y tomaba su mano!!

--¿Se ha fijado doctor? ¿Ha visto que sonrisa tiene hoy esta hermosa mujer?

--La he visto. Yo diría que de nuevo su mujer hoy ha soñado con usted… ¿lo ve? En sueños le reconoce y le sigue adorando…

--¡Lo sé!

…Eran los ojos “color de mar” más felices del mundo, porque tenían la fortuna de estar al lado de su siempre amada sirena ...