Sonidos vitales.

De todos los errores que había cometido en su vida, el peor era el de dejar escapar a esa mujer que hacía sonar su corazón en el momento justo que ella rozaba su silenciosa y solitaria vida…

Había intentado acercársele tantas veces que había perdido la cuenta…; se hacía el encontradizo cuando ella salía a pasear, iba detrás …,admirando su silueta y su estilo, ¡era perfecta! ¡Su perfecta y adorada dama! 

Con un ceñido vestido recorría el paseo de la playa con paso firme y elegantes sandalias de tacón, tal altos que hacían que su silueta flotara mezclada con la salada brisa del mar…¡¡y ese sonido!! ¡Adoraba el sonido de sus tacones! Marcaban el ritmo de los latidos de su corazón… ¡reprimía las inmensas ganas de alcanzarla y sin previo aviso besarla eternamente! 

¡Jamás se atrevió…! ¡ni a saludarla…! temía que con el sonido de su voz se volviera volátil y desapareciera de su vida…

…Y un día dejo de escuchar esos tacones en su techo. Permaneció tumbado en el sofá con la vista fija…, intentando traspasar el hormigón y ver a su dama caminar.

Decidió que la encontraría, aunque tuviera que buscar en cada rincón del Universo…

Ni recordaba cuanto llevaba en esa misma posición cuando el timbre le sacó de su letargo…, se levantó perezoso y contrariado, abrió la puerta…

¡Era ella! ¡Y le decía algo sonriendo…, pero no la escuchaba solo la miraba! 

Mientras ella pensaba: ¡esta vez no le dejaré escapar!; él se le iba acercando lento y temeroso de que solo fuera una visión, le tomó una mano…, intensos pasaron los segundos esperando una reacción por parte de ella ¡y la obtuvo…! sintió una sutil caricia en sus dedos y de sus ojos brotaron brillantes destellos que se posaron en los de él…

No necesitó más, rodeó su cintura y… la besó.

Y la seguía besando al tiempo que ella se quitaba los zapatos de tacón sobre la alfombra de su salón…