Cursos.

Llevaba demasiado tiempo sin trabajo, el país no remontaba y ella se aburría cada vez más. En el Inen se preocupaban mucho por su actual situación y por ese motivo le informaban y aconsejaban con mucho interés, que hacer cursos era lo más apropiado para estar preparada para cuando el mercado laboral empezara a pedir gente capacitada y especializada en todos los campos.
A ese paso sería una de las paradas más inteligentes, pues ya los había hecho prácticamente todos….
Y tocaba elegir de nuevo…, lo tenía difícil, entre los de punto de cruz, los de limpieza de cristales de naves espaciales y los de conjuros, estaba hecho un lio…, los tres eran importantísimos para el futuro pero… ¡había que elegir!
Se decidió por el de conjuros…, era el menos explotado o al menos el que menos gente había anotada.
Ya el primer día se quedó impresionada con el nivel que había…, estaba convencida que era de iniciación… ¡pero no!, casi todos sabían hacer conjuros… ¡que lío! ¡No sabía por dónde empezar!
Al día siguiente tendría que llevar uno hecho y que funcionara…
Se fue directamente a google, puso “ingredientes para conjuros”, todo le pareció un rollo de modo que se fué a buscar la cajita que había comprado un día en el rastro, que le aseguraron que tenía los mejores hechizos del país, no se lo creyó pero…,le pareció muy intrigante y había llegado la hora de comprobarlo. Después de descartar unos cuantos eligió uno que parecía fácil y muy apropiado para empezar en el dichoso cursito.
¡Ya podría funcionar! Porque llevaba tres horas buscando y todavía no había visto ninguna lagartija por el campo, y ¡tampoco tenía ni idea de donde sacaría un diente de león cojo…! en el zoológico había leones pero ya dudaba que se dejaran sacar un diente, que aun por encima tendría que ser cojo…, en fin, ¡que de momento solo había conseguido mojarse los pies!
Decidió que no tendría que ser todo tal cual ponía en aquel papel, tampoco nadie iba a notar la diferencia entre un diente de león con el colmillo del pastor alemán que se le había roto el año pasado, y el rabo de la lagartija la cambiaría por un tentáculo de pulpo pequeñito, que después de cocido y con muchas hierbas tampoco habría tanta diferencia…
¡¡Una mierda!! ¡¡Una verdadera mierda que le salió el conjuro!!
¡…Y no contaba el cero que le había puesto el profesor!, lo que más le fastidiaba es que el chico que le gustaba nada más verla se ponía a toser como un loco, de manera que todos se dieron cuenta de que el encantamiento iba dedicado a él,… ¡pero para que la amara no para que le tosiera!
Jamás le miraría a la cara,… (Por temor a toser, claro está).
Lo dicho, estos cursos no sirven para nada…, pudo haber elegido el de limpiar cristales en naves espaciales, que por lo menos viajaba y veía mundo…